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- 1 Cómo crear un huerto en el jardín
Un huerto en el jardín puede ser una magnífica forma de tener verdura fresca y de temporada en tu casa. No solo controlarás todo el proceso de producción, pudiendo garantizar su sostenibilidad y salubridad, sino que también te ayudará a relajarte. Además, tu jardín tendrá un aspecto más silvestre y hogareño sin necesidad de reformas Sin duda, es una opción que atrae a muchas personas, por eso en este artículo vamos a desgranar cómo crear un huerto en el jardín de forma sencilla.
Materiales y herramientas necesarias
Antes de empezar, conviene reunir todo lo que vas a utilizar para que el proceso sea más ágil. Entre los artículos básicos destacan:
- Herramientas de labranza: azada, pala, rastrillo, tijeras de podar.
- Contenedores o macetas (en caso de huerto en recipientes).
- Sustratos y compost de calidad.
- Semillas o plantones de las variedades que desees cultivar.
- Manguera o sistema de riego por goteo.
- Guantes de jardinería y protectores para las manos.
Asegúrate de contar con estos elementos desde el inicio para trabajar de manera cómoda y eficiente.
Elige la mejor ubicación para el huerto
La elección del lugar influirá directamente en el éxito de tu huerto. Ten en cuenta los siguientes factores:
- Luz: selecciona la parte del jardín que más sol reciba. Esto se aplica tanto a las horas de luz como la inclinación del sol. Donde el sol de más de frente, mejor. Esto garantizará que tus plantas crezcan a pleno rendimiento. También es posible que el huerto esté a semi-sombra, pero deberás esperar más para que las hortalizas se desarrollen por completo.
- Suelo: si piensas plantar directamente en el suelo, busca una zona con buena capacidad de drenaje.
- Protección: evita áreas con vientos fuertes o demasiado expuestas, ya que podrían dañar las plantas.
- Agua: debes garantizar una fuente de agua accesible para tus plantas. Por eso, asegúrate de que tienes una toma de agua en el exterior de tu hogar. Así podrás acoplar una manguera con la que regar tus cultivos. Otra opción es hacerlo con regadera, aunque esto supondrá un mayor esfuerzo por tu parte.
- Accesibilidad: el huerto debe ser de fácil acceso para regar, abonar y mantener las plantas.
Selecciona el tipo de huerto que quieres
Según el tipo de jardín que tengas y el esfuerzo que quieras hacer, deberás decidirte por el tipo de huerto que más te conviene. Destacan 2 opciones principales:
- Huerto en contenedores.
- Huerto en tierra.
¿Cómo hacer un huerto con contenedores en el jardín?
Si la tierra de tu jardín no es apta para el cultivo porque es muy ácida o muy seca, lo mejor es instalar contenedores. Estos se venden en multitud de grandes superficies. Basta con ponerlos en el suelo y listo. También puedes cavar un poco en el suelo para acoplarlos al ras, de modo que se integren mejor con el jardín.
Sea cual sea el caso, deberás rellenar los contenedores con sustrato y abono. El mejor sustrato es el compost, ya que se airea bien y retiene el agua mejor que otras opciones. Además, es rico en nutrientes para las plantas. Lo mejor es mezclar este sustrato con algo de tierra natural y abono especial para huertos. Así tendrás un suelo rico y fértil para que crezcan tus plantas.
Por último, ten en cuenta que los contenedores requieren de menores cantidades de riego pero con más frecuencia ya que no retienen mucho el agua.
¿Cómo preparar la tierra para hacer un huerto en el jardín?
En el caso de que tu tierra sí permita el cultivo, deberás prepararla para que sea óptima. Para ello deberás seguir los siguientes pasos:
- Identifica el tipo de tierra. Puede ser arenosa, más oxigenada, o arcillosa, menos capaz de drenar el agua. Lo ideal es que sea un equilibrio de ambas, por lo que puedes añadir un sustrato para compensar con la tierra predominante en tu jardín. Para identificar qué suelo tienes, basta con tocarlo y ver qué textura tiene.
- Elimina la maleza. Acaba con las malas hierbas arrancando de raíz las más visibles y escardando la tierra con un azadón. Si hay demasiadas puedes usar un hierbizida.
- Humedece la tierra. Riega a conciencia la zona destinada al huerto para mullirla y para que puedas trabajar con más soltura. Deja que repose un par de días.
- Cava el huerto. Una vez humedecida, la tierra será fácil de laborar. Cava unos 40 centímetros de profundidad de lo que será la zona de cultivo. Si encuentras resistencia, deberás humedecer más la tierra. Guarda la tierra que has extraído.
- Coloca un acolchado. Puede ser orgánico, como el mantillo o la corteza de pino, o mediante una malla geotextil. Protegerá tu huerto de otras plantas indeseables y aportará estabilidad al terreno. Ten en cuenta que las mallas impiden el crecimiento de bulbos.
- Fertiliza la tierra. Mezcla la tierra extraída previamente con compost y vuelve a colocarla en el hueco que has cavado.
- Allana el terreno. Procura que el suelo quede suelto, fino, suave y sin terrones de tierra.
- Abona la tierra. Para enriquecer el suelo, aplica una nueva capa de compost u otro abono, como el estiércol o el humus de lombriz.
Prepara un sistema de riego
Contar con un riego adecuado es esencial para asegurar un crecimiento óptimo de las plantas. Hay diferentes métodos:
- Riego por goteo: altamente eficiente, distribuye el agua de forma homogénea y reduce el desperdicio.
- Aspersores o difusores: recomendables para superficies amplias, aunque pueden ser menos precisos al regar.
- Riego manual: útil para pequeños huertos, aunque requiere mayor dedicación y constancia.
Valora tu disponibilidad de tiempo y presupuesto para elegir la opción que mejor se ajuste a tus necesidades.
Escoge lo que vas a plantar
Una vez tengas la superficie para plantar preparada, solo queda escoger las plantas que formarán tu huerto. La lista de opciones es inabarcable, aunque algunas son más sencillas que otras. Las más sencillas y que te permitirán empezar con agilidad son:
- Tomate.
- Calabacín.
- Pimiento.
- Lechuga.
- Menta.
- Calabaza.
- Rábano.
- Zanahoria.
- Acelga.
- Rúcula.
- Espinaca.
- Ajo.
- Cebolla.
- Perejil.
- Pepino.
- Romero.
- Tomillo.
Busca el mejor momento del año para plantarlas para aprovechar la temporada y empieza disfrutar de tu huerto en el jardín.
Cuidado y mantenimiento del huerto
Para disfrutar de buenos resultados y asegurar la continuidad de tu huerto, es fundamental dedicarle un mínimo de cuidados constantes.
Riego y abonado
- Ajusta la frecuencia de riego según la estación y las necesidades de cada cultivo.
- Utiliza abonos orgánicos o fertilizantes específicos para reponer los nutrientes del sustrato.
Protección contra plagas y enfermedades
- Realiza revisiones periódicas para detectar signos de plagas como pulgones, caracoles o insectos minadores.
- Emplea métodos naturales de control (por ejemplo, infusiones de ajo, ortiga o jabón potásico) antes de recurrir a pesticidas químicos.
Rotación de cultivos y planificación
- Cambia las familias de plantas cada temporada para no agotar en exceso determinados nutrientes.
- Planifica tus siembras de modo que siempre tengas una cosecha en curso y uses eficientemente el espacio disponible.
Consejos finales para un huerto exitoso
La clave de un huerto productivo y satisfactorio reside en un cuidado constante y en la capacidad de adaptarse a los ritmos de la naturaleza. En primer lugar, es recomendable comenzar poco a poco, con pocas variedades de plantas y superficies manejables, para adquirir experiencia sin sentirse abrumado. A medida que vayas ganando confianza, podrás ampliar la variedad de cultivos y aprovechar mejor el espacio disponible.
Además, observar detenidamente las plantas durante todo su ciclo es fundamental para anticipar posibles problemas. El color y la textura de las hojas, la firmeza de los tallos o la aparición de plagas son indicadores que permiten actuar de forma rápida y efectiva, ya sea ajustando el riego, añadiendo fertilizantes o aplicando soluciones ecológicas para el control de insectos.
No dudes en informarte sobre las necesidades específicas de cada especie que cultives, ya que cada una presenta particularidades de luz, riego y temperatura.
Por último, no olvides que el éxito de un huerto no se limita únicamente a la cantidad de productos cosechados, sino también a la satisfacción que ofrece el proceso de cultivar tus propios alimentos. Disfruta de la experiencia, aprende de cada logro y cada error, y mantén la curiosidad por descubrir nuevas formas de optimizar tu huerto. Con paciencia y dedicación, tu jardín se convertirá en un rincón lleno de vida, color y sabores únicos.
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